Yo soy el hombre que no conoce el miedo, al que no le enseñaron a entender lo que es malo y lo que es bueno. El que no bebió de la fuente que sirve para entretener a las mentes muertas. Quién oprimió y se alimentó tan sólo de su inspiración descubierta.
Yo soy el hombre que se negó a competir por respirar, quién confió que el ser nació para no ser individual, quién se libera de todas las necesidades inventadas, quién ronronea con sus palabras y seduce con el alma.
Yo soy el hombre que encuentra en la naturaleza la inspiración y la calma que emana, quién condena la bajeza la mediocridad y su propia estampa, yo que en mi reflejo lo soy todo y no soy nada, un reflectar perfecto una sombra diáfana.
Pero al final , frente al espejo sólo quedo yo, mi imperfección y mi cara, y entonces sólo entonces puedo ver, que sólo soy el reflejo imperfecto de mi propia alma.
Imperfecciones reflejadas, Adrián Delajara
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