domingo, 13 de febrero de 2011

AYUDA ; un arma de doble filo.

Cuando nuestras capacidades se ven limitadas y caminamos al desespero, nuestro instinto de supervivencia comienza a buscar de forma desesperada vías de escape hacia espacios que nos aporten quietud y calma. Trás ello, aumenta la frustración al descubrir que nuestro estado de inquietud, persiste en lugares que entendíamos como respuesta.

Una vez llegado a este punto, nuestro organismo, pide a gritos "Ayuda", al verse incapaz de soportar la situación.

La "ayuda" se presenta ante nosotros enviándonos inevitablemente un doble mensaje: por un lado "Te ayudo porque te quiero" y  por el otro "te ayudo porque te veo incapaz", reafirmándonos en nuestra frustación.

Curiosa arma de doble filo, que pese a ser entendida como solución y respuesta, a veces crea una dificultad añadida, permitiendo que dejemos caer aún más el peso de nuestros cuerpos, al sabernos rodeados de personas que tenderán su mano para recogernos, nos reafirmaremos en nuestra creencia de incapacidad y sentiremos egoístamente el derecho a ser centro de atenciones.