Desassossego, la obra maestra de Fernando Pessoa, recoge frangmentos guardados en papel, a lo largo de su vida. Pequeños pensamientos de la cotidianidad más genérica, doctrinas mundanas descritas desde el café más sencillo y en estrecha relación con la realidad mas pensada, preguntas y respuestas a cuestiones universales que convierten su obra en una enciclopedia del razonamiento. Un libro a mi entender de consulta, que evoca a un análisis de ardua conciencia , un dialogo íntimo entre Pessoa y nuestro yo, que bien podía estar ambientado en el cafe Lisboeta.
Y llega así, hacia mí su fragmento sobre el absurdo; describe Pessoa el estado del alma de los seres al construir y pensar su vida, trazanda con lineas, delineadas por si propios, como el pequeño que construye sus sueños en castillos de arena, con el único fin de saltar al final sobre ella. El absurdo del ser que se pone reglas, para cagarse con orgullo posteriormente en ellas. El que compra un libro que nunca va leer; el que se obliga a ponerse metas a día uno que nunca llegan a día 3, o el que habla con placer de una obra de arte que apenas sabe reconocer . Me hace plantearme Pessoa aquí, cuales fueron en mi vida, las lineas trazadas que construí para luego destrozarla, un análisis difícil para aquél que construyo a veces por inercia...
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