En ese intercambio final entre el dormir, y el estar despierto, me llega a la mente el último pensamiento antes de abandonarme al sueño ; adoro sentir tristeza, porque en el fondo adoro sentir, adoro cualquier sensación del alma que me haga tener conciencia de que estoy vivo, pequeños mensajes que llegan a nuestra mente mermada, aportando momentos, instantes leves de lucidez mental. Ahora sí, puedo dejarme llevar tranquilo por mis sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario